El desarrollo de la idea proyectual debe ser respaldada por un proceso de diseño consciente, coherente y profundo, en donde se pongan a prueba, a consolidación, a replanteo, a comprobación, todas las variables que componen la idea arquitectónica y no solo la “forma”, no solo la “imagen”. No se puede dejar de lado la toma de decisiones, la autocrítica y la evolución en el proceso de diseño.
La idea arquitectónica debe madurarse en la comprobación, en el proceso de enfrentar y visualizar desde todos los ángulos y puntos de vista la propuesta, no es posible concebir un diseño en unos pocos instantes, se requiere de horas de maduración, de horas tablero, de horas pensamiento, de horas diseño. Aquí es donde se hace fundamental además de pensar y consolidar la idea en la mente, utilizar los medios y herramientas que permitan ordenar, comunicar, desarrollar y evolucionar la idea arquitectónica. En las etapas iniciales del proceso de diseño se podrían utilizar medios que permitan:
• El manejo de la diagramación conceptual, en donde se visualice el partido arquitectónico, las características principales, el alma generatriz, lo que “el proyecto quiere ser”.
• Buscar las relaciones y el orden por medio de diagramas de organización espacio/funcional. En donde se explore tanto la relación entre las partes y su rol posicional, como la dinámica de integración o articulación de los espacios.• Representar gráficamente la síntesis del análisis de sitio, en donde se evidencien todas las características que el sitio y su contexto contienen. Cuáles son sus oportunidades y debilidades en relación a los requerimientos de lo que “el proyecto quiere ser”, y de lo que el partido arquitectónico busca hacer.
• Desarrollo gráfico de pautas geométricas, tensiones o fuerzas, y hasta registro/análisis de vocaciones o subsectores en el sitio.
• Propuesta posicionada en el sitio en donde se integren las distintas dimensiones de la idea inicial, entendiendo que esta se logra constituir en la relación de los enfoques antes mencionados. Es aquí donde se comienza a “ordenar” y visualizar la propuesta arquitectónica, por medio de diagramas complejos y croquis explorativos.
Esta descripción antes indicada no se presenta como modelo único de exploración de la idea arquitectónica, es más bien un camino que se sugiere para que a partir de este, cada quien reconozca su propio hacer. Ya en otras ocasiones hemos dicho que los procesos de diseño no son lineales, ni repetibles, es en el evolucionar de cada proceso que se desarrolla una particular manera de avanzar. Y que es de fundamental importancia que dicho proceso se desarrolle en distintos puntos de vista que permitan comprender y manipular todas las dimensiones de la idea proyectual. Por tanto es importante realizar diagramas, croquis o modelos que posibiliten el entendimiento, reconocimiento, ordenamiento y manipulación tridimensional, de los distintos ordenes que componen la idea, sean estas entendidas como capas, dimensiones, niveles, planos o componentes.
Nuestra capacidad de recordar hace posible la reinterpretación –rehacer- avanzar sobre lo hecho. La evolución de la idea se hará posible en un proceso en donde posibilitemos la especulación, la incubación, la reorganización, la retroalimentación, la expresión, la aplicación, la toma de decisiones y la formación de criterio. Por tanto deberíamos dejarnos llevar en la intuición inicial, permitirnos desarrollar y explorar las ideas que intuitivamente llegan, paulatinamente las mismas comenzarán a interrelacionarse con las demás variables ya mencionadas, no deberíamos esperar a tener la idea “resuelta” en nuestra mente para iniciar la exploración gráfica, más bien la invitación es a dejarse “llevar” por el influjo generatriz, trazar y “rayar” la idea, visualizarla desde distintos puntos de vista, desde distintos enfoques y con distintas herramientas, para paulatinamente incorporar más insumos, más condicionantes y más pautas que enriquezcan y hagan más compleja la búsqueda de la solución.
El lenguaje de la diagramación y del croquis explorativo, tendría que utilizar distintos componentes que den lenguaje a los mismos y que posibiliten a quien realiza, registrar las distintas características pensadas y contempladas. No con esto se quiere decir que otras personas comprendan o puedan leer a totalidad lo contenido, el diagrama de proceso es una herramienta para quien diseña, su posterior manipulación, reinterpretación y evolución podría ser coartada ante la falta de contenido del lenguaje utilizado. Entonces se hace necesaria la utilización de la línea y todas sus posibilidades de representación: espesor, continuidad, jerarquía, tono, color, posición, composición, etc. También es fundamental reconocer el uso y valor de las formas, las interrelaciones entre ellas, los valores posicionales, la escala, la proporción, etc. El uso de símbolos y sus significados, más la incorporación de relatos o indicaciones textuales que aclaren, acompañen y complementen, se hace fundamental. Como acompañante de esta reflexión se invita a que ingresen al BANCO DE IMÁGENES/CROQUIS/DIAGRAMAS, que se incorpora en nuestro blog, en el podrán observar distintas imágenes propias y descargadas de la web, con la intención de motivar sus sentidos y que en ese acto se “prenda” la sensibilidad de crear su personal lenguaje de diagramación.
olman
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